Los que tenemos una cierta edad (no mucha) recordamos perfectamente los termómetros de antaño, esos que tenían un franja de mercurio que aumentaba según el calor corporal, seguramente muchos aun conservan uno de ellos.¿Recuerdan cuando se caían al suelo y se rompían? Todas esas gotitas de mercurio salpicando el suelo y cómo nos entreteníamos juntándolas y uniéndolas. Nuestras madres ya intuían que era algo nocivo y nos instaban a no tocarlo.
En el vídeo que van a ver se muestra los vapores tóxicos que emanan del mercurio. A simple vista no son visibles pero los rayos ultravioleta nos permiten ver dichos gases. Observen:
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